Hoy una gaviota enorme sobre vuela nuestras cabezas, una gaviota criada por banqueros e inmobiliarias. Sí, los mismos que por su culpa desregulada nos metieron en esta crisis financiera, los mismos que especularon multiplicando por tres el precio (ya caro) de los hogares que todos necesitamos para vivir. Los mismos que nos endeudan, los mismos que daban créditos a cualquiera que se los pidiera, los mismos que nos hipotecan el futuro y aunque les demos la casa que nos encarceló tendremos que seguir pagando hasta la muerte. Han ganado gracias a que otros han perdido por seguir las directrices de las gaviotas europeas con hilos muy largos, casi cadenas. Digo gaviotas sabiendo que veo buitres que se comen los restos en descomposición de un gobierno de falsa izquierda, incluso de falso centro. Siento como sus esfínteres se dilatan para dejarnos caer su ideología y de nuestros bolsillos tendremos que pagar la tintorería y el funeral. Lo que está mal puede ir a peor, e irá en un país sin soberanía económica, en un país que se estremece cada vez que una agencia de calificación escupe culebras ciegas que en su momento le daban matrícula de honor a Lehman Brothers y al día siguiente quebraba, gigantes huecos, aún así seguimos creyendo en esos falsos mesías de traje y corbata.
Su mayoría absoluta no viene de un giro a la derecha-liberal-católica-democristiana-de centro-franquista, su mayoría absoluta viene de un aumento de menos de 600 mil votos respecto a las elecciones del año 2008, sumados a los eternos diez millones de votantes fanáticos de esa gaviota/buitre que aunque haya un 11M, un final de ETA, una crisis en el capitalismo, una crisis del ladrillo que tanto dinero les dieron, un Palma Arena, un Gurtel, un 15M, una guerra ilegal, una guerra legal... siempre tienen diez millones de votos latentes asintiendo a todo lo que dice su gaviota, aunque no la escuchen, aunque no diga nada, aunque se aproveche del dolor ajeno. En esos 600 mil votos de más no están los cinco millones de parados, aunque es evidente que sí que están aquellos que se lucran con la miseria creciente. A la gaviota le han salido colmillos en un sistema electoral en el que las circunscripciones no dejan que cada voto valga lo mismo, la ley d´Hont es un juguete para la política de élite para las élites. Mientras, los de Villarriba siguen odiando a los de Villabajo y viceversa.
España no está dividida en dos partes, porque los diez millones de la gaviota no son el 50% de la población nacional. Como mucho son la cuarta parte. Más de tres cuartas partes de la población van a obedecer (!!!) lo que diga esa minoría, porque algunos creyeron en la mentira que es la abstención militante, porque otros son vagos y no quieren salir a votar un domingo de resaca y algunos/muchos simplemente están perdidos o alejados de esa responsabilidad regalada que es el voto. Hoy con más razón que nunca recuerdo las palabras que escribió Henrik Ibsen en "El Enemigo del Pueblo":
«¿Qué importa que tengas la razón si no tienes el poder?»
Y es aquí cuando debemos dudar qué es el poder. ¿El sistema debe monopolizar el poder? ¿Bancos y políticos son el poder? ¿No hay margen de poder para el pueblo más allá de elecciones cada cuatro años? ¿Quizás las "okupaciones" son un buen margen para superar la omnipotencia sistémica del capital? ¿Alguien puede asegurarme que las elecciones son limpias? ¿Alguien puede asegurarme que no hay fraude en la España profunda? ¿Se está repitiendo el caciquismo de la restauración borbónica del siglo XIX? Si la respuesta es un "sí, porque la Junta Electoral vela por nuestros intereses" habría que preguntar ¿quién es la Junta Electoral? ¿Es la Europa que impone tecnócratas a dedo, ellos cuidan de la salud democrática? ¿Hay garantías internacionales de transparencia electoral? Preguntas que dejo encima de la mesa electoral. Es que soy agnóstico... y de la "democracia representativa" también lo soy. Sinceramente, creo que necesitamos observadores internacionales (en Madrid no dejaron votar a personas que iban con camisetas verdes en defensa de la escuela pública).
Me despido con este tweet de Jodorowsky:
Me despido con este tweet de Jodorowsky:
« Convertir a un Presidente en lo que es: muñeco de ventrílocuo de banqueros. »
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