miércoles, 25 de enero de 2012

Panfleto contra la tolerancia generalizada

   ¿Tolerancia? ¿Pedís tolerancia a la clase trabajadora? ¿Acaso es tolerante aquél que paga el sueldo mínimo de forma rastrera a una persona que hace diez horas al día? ¿Son tolerantes los que te hacen firmar un contrato tan inestable que no llega a un mes? ¿Y el que se lucra a costa de gente que ni tiene dada de alta en la Seguridad Social? ¿Aquellos que guardan sus fortunas en los paraísos fiscales seguro que dirán que son los más demócratas y que la soberanía la tiene el pueblo? Tolerancia es una palabra que sólo se aplica como mordaza a la clase social débil, la clase que vive en el esclavismo asalariado. Aquellos que especulaban con el suelo y la vivienda, haciendo impagable un techo donde vivir son de todo menos solidarios o tolerantes. Los que monopolizan la violencia nos piden tolerancia porque tienen miedo... miedo de aquello que son capaces de hacer por mantener sus privilegios... miedo por el monstruo que se esconde detrás de toda su retórica políticamente correcta. ¿Son tolerantes en sus subastas de poder disfrazadas de elecciones democráticas, bajo el maquillaje del marketing y relaciones públicas? De esa mentira sólo salen líderes de la clase dominante, aquellos que fueron "niños bien", niños de colegio privado que nunca han necesitado el uso de la sanidad o la educación públicas. ¿A esos les damos las llaves de los bienes comunes? ¿Acaso no recordamos que antes de la crisis no eran suficientes los medios, con sus listas de espera, sus barracones para estudiar...?
   No hay dinero para todos porque los dueños de España tienen muchas cifras en sus beneficios. Aún recuerdo cuando los funcionarios se sentían de la clase privilegiada y votaban a la derecha, cuando no tenían miedo de la palabra recorte. Un sistema político basado en los números con una balanza ladeada. Piden que nos apretemos el cinturón, a las clases humildes, al mismo tiempo que los negocios del lujo logran un 25% más de beneficios. ¿Tolerancia, acaso esa es la nueva prisión de las masas? Llamadme intolerante porque no quiero seguir tragando mierda. No tolero un presente precario que quieren hacer crónico mientras los banqueros tienen jubilaciones millonarias.
   Prefiero la demagogia al esclavismo, prefiero la intolerancia a que me traten de cordero, prefiero estar del lado de las masas que de los terratenientes. El totalitarismo es que unos pocos libres traten como ganado al resto de la población. Acaso queremos ser tolerantes a todo este feudalismo bancario, cárceles hechas de créditos e hipotecas, ahí están los vasallos del siglo XXI. La revolución empezará cuando aprendamos a no ser tolerantes con su dictadura basada en el casino bursátil y la deglución de recursos naturales sin masticar. Generalizar la tolerancia es seguir dejando que hagan lo que quieran con nosotros. ¿Hubo tolerancia en las porras y pelotas de gomas que desalojan plazas llenas de ciudadanos manifestándose? Ellos que tienen el poder que den ejemplo de tolerancia, hasta entonces, seguiré sin creer en esos lobos con corbata. ¿Acaso el enfermo tolera el cáncer? Su avaricia acabará siendo nuestra metástasis.
   ¡No nos conformemos con partidos políticos o sindicatos, nuestros puños alzados serán los aires de cambio! Unidos sin fisura, dejando de lado las diferencias, apoyémonos los unos a los otros como un  sólo organismo que juzgue a los culpables de nuestro desdén, nosotros somos el Estado, nosotros somos la nación, nosotros somos el progreso que los caciques mediáticos entorpecen. Clase obrera, sin importar la afiliación, sin importar la raza, sin importar la creencia, somos aquellos que debemos destruir un sistema injusto para dar paso a un país centralizado en base comunal, recuperar París en 1871, recuperar Moscú en 1917, recuperar Barcelona en 1936, recuperar París en 1968... aprender de esas fechas y marcar un nuevo año libertador más allá del día y el mes, más allá de un 15 de Mayo, nos falta el gran año. Si nuestra tolerancia es social nuestra intolerancia ha de ser sistémica.

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