martes, 7 de enero de 2014

LOS PRIMEROS VERSOS DEL AÑO

De las cenizas del pasado
me surge un Fénix que se alimenta
de ginebra con limonada,
jugando con la semántica
como un nihilista juega con las ruinas
de una civilización olvidada.

Gloria a los dioses de religiones muertas,
bebo con ellos, les beso y bromeo,
nada importa más que la sed creativa
que construye con latidos el ahora
el cual moldeo con las manos desnudas
como si acariciase la piel de la eternidad
mientras cruzo kilómetros de laberintos
bajo un cielo hecho con charcos de queroseno.

De las cunetas españolas
florecerán miles de primaveras
como homenaje y justo recuerdo
a los héroes asesinados por los lobos
con mente de rata y corazón de estiércol,
muchos atardeceres rojos nos quedan aún por ver
tiñendo el presente de justa esperanza ampliada.

Mis ideales están hechos con la sonrisa de mi musa,
con la semilla que germina en la tierra profunda,
el sueño despierto que deja buen sabor de boca,
un águila dominando las corrientes de aire esquivo,
flora y fauna, inspiración constante, ojos atentos,
puño en alto ante el porvenir
saludando con orgullo al nuevo año,
a la siguiente página en blanco del libro
y a cada palabra que construye este poema.

Un nuevo día, un nuevo Fénix
que ilumina el horizonte entero.


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